La radiología veterinaria es una técnica por la cual se realizan diversos diagnósticos a animales con algún tipo de patología. Junto con la ecografía, la radiografía veterinaria es la técnica más empleada actualmente, ya que está al alcance de la mayoría de los veterinarios clínicos.
En el mundo de la radiología veterinaria, emplearemos la técnica de la radiografía para:
Para interpretar una imagen radiográfica y efectuar una valoración sistemática correcta en radiología veterinaria, es necesario seguir un procedimiento concreto y riguroso. Aquí te contamos todos los pasos:
Estos son los parámetros generales a la hora de realizar un estudio radiológico del paciente, pero cada zona o cada sistema tiene sus propias especificidades. Por ejemplo, a la hora de valorar el sistema musculoesquelético, es necesario conocer la conformación articular normal de cada una de las articulaciones para poder alinear la columna vertebral correctamente. Asimismo, en cuanto al tejido óseo, tendríamos que saber si nos encontramos ante un proceso reactivo localizado o si, por el contrario, afecta de forma general a todo el tejido óseo corporal, mostrando un incremento o disminución de la densidad ósea.
De unos años a esta parte, empezó a implantarse la radiografía clínica digital, transición necesaria debido a sus múltiples ventajas frente a la analógica, pero que supone un esfuerzo económico para muchas clínicas.
Dentro de la radiografía clínica digital, diferenciamos dos tipos básicos: la radiografía computarizada y la radiografía digital directa. En ambos casos, se utiliza un tubo de rayos X convencional, por lo que la diferencia entre una y otra radica en la forma de registrar la imagen radiográfica. La radiografía computarizada se denomina también radiografía digital indirecta, y se basa en la utilización de chasis especiales que contienen una pantalla de cristales de fósforo fotoestimulable en lugar de una película radiográfica convencional. Al realizar la radiografía, los rayos X que manan del paciente actúan sobre la pantalla de fósforo creando una imagen latente. El chasis se introduce entonces en un dispositivo lector, que extrae la pantalla, la escanea mediante un haz de luz láser y envía la información a un sistema informático, que mostrará la imagen final en un monitor.
Por su parte, la radiografía veterinaria digital directa no requiere la utilización de chasis ni de dispositivos lectores, sino una placa detectora que, generalmente, se encuentra fija dentro de la mesa de rayos. La placa está conectada, vía cable o wifi, directamente a un sistema informático. Los rayos X que manan del paciente inciden sobre la placa detectora y esta envía la información en forma de señales eléctricas directamente a la estación de visualización, que mostrará la imagen radiográfica digital en escasos segundos. Dentro de esta modalidad de la radiografía veterinaria digital, encontramos dos tipos básicos de equipos:
Fuente: vetersaludformacion