Además de la minimización y segregación de residuos, otro tema fundamental relacionado con la gestión de residuos hospitalarios es cual es la de la mejor opción para aquellos residuos cuya generación resulte inevitable y requieran un tratamiento especial.
Anteriormente, la tecnología elegida era la incineración. Pero ésta inevitablemente producedioxinas, una de las sustancias contaminantes más tóxicas y persistentes conocidas por la ciencia. La mayoría de los países industrializados insisten en implementar medidas de control complejas y costosas para capturar tales sustancias. Luego se debe realizar la disposición especial de los subproductos generados, por ejemplo las cenizas de la combustión, por tratarse de residuos peligrosos.
La mayoría de los incineradores en los países en desarrollo cuentan con pocos dispositivos de control de la contaminación o directamente carecen de ellos. Por lo tanto, emiten grandes cantidades de dioxinas que luego pueden ingresar a la cadena alimenticia. En las zonas rurales, donde en general se encuentran los incineradores más pequeños y contaminantes, es común ver pollos rascándose en la tierra donde se han vertido las cenizas. El resultado es que las dioxinas terminan transmitiéndose a los huevos. Los productos lácteos también son especialmente vulnerables a este tipo de contaminación.
Parte del problema es que los residuos hospitalarios normalmente contienen una gran cantidad de PVC y el cloro que contiene este material es un ingrediente vital de las dioxinas. Por este motivo, la Organización Mundial de la Salud recomienda que no se incineren los residuos que contengan PVC; la legislación de la India descarta esta práctica por completo. Más información sobre PVC.
El Convenio de Estocolmo, firmado por más de 150 países, incluidos muchos de nuestra región, insta a seguir las mejores prácticas ambientales y las mejores técnicas disponibles para reducir la cantidad de dioxinas generadas por la incineración.
En los últimos 20 años, en EE.UU. se clausuró el 99% de los incineradores de residuos hospitalarios, de los 6.000 que operaban en 1988 quedaron menos de 60 a fines de 2008. Irlanda, por su parte, en 2003 ya no incineraba residuos hospitalarios.
El caso de Filipinas demuestra que es posible erradicar por completo la incineración. En las ciudades, los residuos infecciosos se manejan con autoclaves o microondas en establecimientos centralizados; en 2004, SSD trabajó con el Departamento de Salud de Filipinas ayudándoles a comprobar que era posible gestionar los residuos de un programa nacional de vacunación sin recurrir a la quema a cielo abierto o a la incineración. Leer más sobre PMEC, la Campaña para Erradicar el Sarampión en Filipinas
SSD publicó por primera vez una guía sobre tecnologías alternativas a la incineración y su funcionamiento en el año 2001. La misma fue actualizada en 2004.
Después de la publicación del informe de alternativas a la incineración, se publicó un inventario de proveedores de tecnologías alternativas de todo el mundo. Identificamos 113 empresas que abastecen a sesenta países. Seguiremos actualizando este inventario regularmente. Los fabricantes que deseen publicar sus productos tendrán que enviar un email a SSD.
Además de los beneficios ambientales, las tecnologías alternativas en general son más económicas que la incineración. La Organización Mundial de la Salud ha desarrollado una herramienta de cálculo de costos que permite a quienes toman las decisiones en los establecimientos, o a nivel municipal y nacional, comparar el capital y los costos operativos de las diversas opciones.